Especialistas en limpieza y desinfección avisan que existen zonas del coche donde se produce mucha concentración de microorganismos que pueden resultar nocivos para la salud.
Debido a los efectos del coronavirus y el temor a posibles contagios, la forma de limpiar, desinfectar e higienizar el coche ha cambiado y se ha convertido en una prioridad. Antes de la pandemia, pocas veces realizábamos una limpieza tan a fondo como ahora. Y, sobre todo, del interior del vehículo.
Los habitáculos son espacios cerrados, sin ventilación durante mucho tiempo y es un lugar óptimo para que proliferen microorganismos como bacterias, virus y ácaros. Por eso, los especialistas en limpieza, desinfección e higienización de vehículos de Alvato indican además que existen zonas donde se produce una mayor concentración de microorganismos que pueden resultar especialmente nocivos para la salud de las personas. Una de ellas son los conductos de ventilación.
EVITAMOS SUCIEDAD, CONTAMINACIÓN Y OLORES
En el momento en el que ponemos en marcha el aire acondicionado o la calefacción estamos dispersando no sólo las partículas de polvo y polen sino que la suciedad de los conductos sale al exterior del vehículo, depositándose en el ambiente del habitáculo.
Con la desinfección e higiene de esta zona del coche no sólo vamos a combatir el problema de los microorganismos nocivos para la salud, sino que además eliminaremos el mal olor que percibimos como consecuencia de la suciedad.
Otras ventajas que tiene la limpieza a fondo de los conductos de ventilación del coche son la reducción de alergias por la eliminación de polvo el polen acumulados, la función bactericida de las espumas que se utilizan en el proceso junto con el ozono, y la eliminación del picor de ojos que puede provocar la sedimentación de la humedad procedente del agua condensada.
Cuando cambiamos los filtros, siguiendo las recomendaciones del fabricante, se reducen las partículas en suspensión de polvo o polen, pero tras los primeros cientos de kilómetros ya vuelven a ensuciarse, por lo que el problema no se soluciona del todo. Si antes de la pandemia era recomendable realizar una desinfección e higienización de los conductos de ventilación una o dos veces al año, ahora los especialistas recomiendan hacer una de desinfección de la ventilación tres o cuatro veces al año.