Aunque muchos conductores tratan de tomarse en serio la limpieza de su vehículo, lo que una gran masa de propietarios desconocen es que un vehículo sucio tiene un 25% más de probabilidades de sufrir un accidente que uno limpio según informan los especialistas de Alvato.
Si bien principalmente las distracciones y no respetar las señales de tráfico son los dos motivos que más accidentes producen existen otros como la suciedad que pueden ayudar a que se produzcan.
En este sentido uno de los que más pueden provocarlos se encuentra la suciedad de los cristales, tanto por fuera como por dentro. Además de restar visibilidad, los destellos y reflejos pueden jugar malas pasadas en la visión del conductor por lo que es algo a tomar en serio.
En segundo lugar la suciedad también es un factor importante cuando hablamos, por ejemplo, de los faros. Unos faros sucios no iluminarán correctamente cuando se les necesite por la noche, restando visibilidad y pudiendo ser determinantes en alguna situación complicada al volante.
El tercer motivo por el que tener un vehículo sucio incrementa la probabilidad de tener accidentes tiene que ver con la limpieza del interior. Si las alfombrillas del conductor además de estar sucias se han roto y los trozos no se han despegado, el riesgo de que el calzado se atasque o que la alfombrilla pueda meterse entre los pedales es más que real. Sobre todo si el coche es antiguo y la alfombrilla no tiene fijaciones.
Un coche de color oscuro es menos visible para el resto de los conductores. Es una realidad según organismos importantes como la CEA (Comisionado Europeo del automóvil) que los coches más oscuros tienen más siniestros por una peor visibilidad en situaciones climatológicas adversas o durante la noche. Si a esto le unimos la suciedad acumulada en algunos vehículos, no es de extrañar que sea un riesgo añadido.
Finalmente, según indican los responsable de Alvato, otra de las cuestiones del porqué la suciedad en los vehículos puede ser responsable de accidentes tiene que ver con el estado de los retrovisores internos y externos. Si estos se encuentran sucios no permiten una clara visibilidad de las maniobras de los otros vehículos y, por ello, existe riesgo real de sufrir una colisión.
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